5. Uso del suelo

Imágenes bajo licencia Creative Commons en Wikimedia Commons. Cultivo, autor: Paranoid; pasto, autor: Ben23 ;
forestal; cantera, autor: Wilson; industria, autor: Andreas Praefcke; ciudad, autor: Bernd Untiedt;

El suelo se utiliza con muy diversos fines, por ejemplo para uso forestal, agricultura, minería, industria, etc. Es un recurso natural único, pero está sometido a una gran presión antrópica.

Normalmente el uso que se le da al suelo está determinado por cada término municipal, y los datos se van ampliando posteriormente a nivel comarcal, provincial, regional y nacional.

Los principales usos potenciales del suelo son:

  • Utilización agrícola (cultivos)
  • Mantenimiento de pasto para el ganado.
  • Forestal, bien sea para monte maderable y leñoso o monte abierto para el pastoreo.
  • Extracción de recursos minerales, energéticos e hídricos, minas, canteras y perforaciones de gas, petróleo y aguas subterráneas.
  • Uso industrial, instalaciones para la transformación de materias primas o elaboradas.
  • Uso de servicios, para el transporte y las comunicaciones (carreteras, autopistas y vías de ferrocarril).
  • Asentamientos humanos, hábitats rural y urbano, edificaciones, instalaciones depuradoras y vertidos, etc.
  • Uso recreativo, cultural, científico y de protección de la Naturaleza, parques naturales, jardines, reservas, etc.
  • Terrenos improductivos naturales, desiertos, torrentes, cumbres, montañas, etc.

España tiene 504.685 Km2 de superficie, existe una gran proporción destinada a la utilización agropecuaria. En cuanto a la superficie destinada a cultivos hay que destacar que aproximadamente el 70% se realiza en secano y 30% en regadío, estos últimos en las grandes cuencas hidrográficas.

En España la superficie protegida es del 12% de la superficie, siendo Canarias la comunidad con más proporción de superficie protegida (42,6%) y Andalucía la que más aporta al conjunto del territorio (1,7 millones de hectáreas, el 30% del total).

En lo que se refiere a ordenación del territorio y urbanismo, cada comunidad autónoma tiene competencias exclusivas, y normalmente, se aplican los Planes de ordenación territorial, que en el caso de los asentamientos urbanos se concreta en el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU).

 

 

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El siguiente artículo de Dicyt se refiere a un estudio realizado por D. Jose Luis Viejo Montesinos, catedrático de Zoología, que alerta acerca de los cambios en el uso del suelo que está ocurriendo en España, y cómo estos afectan a la distribución de las poblaciones de insectos.

"Los cambios en los usos del suelo en España, con fenómenos como la urbanización o ciertas modificaciones en la agricultura y en la masa vegetal amenazan la supervivencia de distintas especies de insectos. Un experto de la Universidad Autónoma de Madrid ha alertado hoy en Salamanca sobre las repercusiones que la extinción de estos animales tendría para la supervivencia de otras especies animales y vegetales, por lo que aboga por una mayor difusión de su papel en los ecosistemas.

Precisamente, la desaparición del hábitat es el fenómeno que explica el peligro para la conservación de los insectos, del mismo modo que ocurre con otros animales, aunque el zoólogo ve importantes diferencias. "Las leyes consideran al insecto del mismo modo que al águila imperial o al oso, pero matar a uno de estos ejemplares es un drama desde el punto de vista de la conservación, mientras que capturar a un insecto es irrelevante en la mayoría de los casos, porque tienen un ciclo biológico muy corto y hay cientos de miles de individuos. Para proteger al insecto, hay que proteger el medio en el que vive y por eso las principales amenazas son los cambios de uso del territorio, el urbanismo, la agricultura intensiva, la contaminación o el uso de insecticidas", afirma.

Asimismo, considera que es muy importante divulgar entre los ciudadanos la importancia de los insectos para el ecosistema, pero asumiendo que los insectos tienen unas condiciones de supervivencia muy diferentes a las de otros organismos. Y una vez que estos primeros pasos se hayan dado, habría que "recuperar el medio en el que están y evitar en que proliferen las alteraciones drásticas en determinadas zonas, alteraciones como las luces intensivas que atraen a insectos lucípetos, el uso de plaguicidas en lugares que puedan ser dispersados por el viento o la contaminación de las aguas", sugiere. A ello habría que añadir la utilización de una agricultura y silvicultura "razonables y racionales"."