3.3 Otras formas de alienación

 
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La alienación que el trabajador sufre en el ámbito del trabajo deriva en otras formas de alienación. La alienación social es el resultado de la división de la sociedad en clases con intereses antagónicos: la de los trabajadores y la de los propietarios de los medios de producción. La sociedad ya no es concebida como un ámbito de colaboración en la actividad económica, sino como un espacio de competitividad donde los individuos se perciben entre sí como instrumento para la satisfacción de sus propios intereses: los capitalistas ven en los trabajadores un medio para su ganancia, los asalariados en los capitalistas un medio para su supervivencia. Por otro lado, existe una disociación entre la sociedad civil y el Estado. El trabajador se encuentra alienado políticamente al formar parte de un estado que no le representa y es, al fin y al cabo, un modo de organización constituido como garante legal de la propiedad y de los intereses de la burguesía.

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Estas formas de alienación repercuten también en la alienación religiosa y la alienación filosófica. Marx había estudiado con detenimiento la explicación dada por Feuerbach sobre la alienación religiosa. Comparte con él que la imagen de Dios es una proyección humana; una proyección idealizada que tiene como punto de partida nuestras propias necesidades en este mundo material. Sin embargo, el análisis de Feuerbach parte según Marx de una noción abstracta del ser humano y deja de lado la realidad social e histórica que determina el fenómeno religioso. Son la alienación económica y el desgarro social los hechos reales que explican el sentimiento religioso. Ante la miseria de este mundo, la religión no alienta por la transformación de la estructura económica que la genera, sino que pospone la solución en el reino de los cielos. Al dar una justificación teológica del sufrimiento, proponer la resignación y fomentar la esperanza de una compensación celestial, la religión supone un freno para la transformación de las condiciones que permiten la alienación humana, se constituye en lo que Marx denomina “el opio del pueblo”. La solución no puede ser puramente teórica, como pretendía Feuerbach, sino que requiere de la práctica, ya que solo mediante la transformación de las condiciones materiales de existencia es posible la superación del fenómeno religioso.

La filosofía se constituye igualmente como un modo de alienación en la medida en que ésta se limita a llevar a cabo una interpretación teórica de la realidad, interpretación que la falsea y legitima, y renuncia a la dimensión práctica o transformadora de la conciencia. Frente a esta filosofía alienante, Marx propone un modelo en el que el conocimiento de la realidad debe ir unido a la praxis revolucionaria.
 
De este modo, la última fase de la alienación posee un carácter ideológico, ya que ésta favorece un modo de conciencia no ajustado a la realidad, sino acorde con los intereses de las clases dominantes. La ideología representa, por lo tanto, la culminación de este proceso de alienación.
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La miseria religiosa es, por una parte, la expresión de la miseria real, y, por otra, la protesta contra la miseria real. La religión es el suspiro de la criatura oprimida, el corazón de un mundo sin corazón; así como el espíritu de una situación carente de espíritu. Es el opio del pueblo.

La abolición de la religión en cuanto dicha ilusoria del pueblo es necesaria para su dicha real. La exigencia de abandonar sus ilusiones sobre su situación es la exigencia de que se abandone una situación que necesita de ilusiones. la crítica de la religión es, por lo tanto, en embrión, la crítica del valle de lágrimas que la religión rodea de un halo de santidad.

Contribución a la crítica de la filosofía del derecho de Hegel



AV - Pregunta Verdadero-Falso
Vamos a repasar a continuación las nociones adquiridas sobre el concepto de alienación mediante un ejercicio de elección entre verdadero y falso. Decide si las siguientes expresiones se adecúan a lo dicho es este capítulo:


Hegel refiere el concepto alienación al proceso según el cual la idea se exterioriza en el mundo natural. Esto fue interpretado como una expresión filosófica de la idea de creación: Dios crea el mundo desde la nada.

Verdadero Falso


Es el trabajo entendido como elaboración de mercancías lo que define esencialmente la condición humana. Esto determina su relación con los demás seres humanos y con la naturaleza.

Verdadero Falso


La alienación económica es el resultado de la propiedad privada de los medios de producción. Al no pertenecerle los medios para el trabajo, el trabajador ha de convertirse en asalariado. En el proceso productivo este trabajador es enajenado tanto de un producto que no le pertenece ya a él, sino a los propietarios, como de una actividad, su propio trabajo, que debe vender como mercancía a cambio de un salario para satisfacer sus necesidades básicas.

Verdadero Falso


El beneficio obtenido por la producción de mercancías es la plusvalía, un beneficio que queda reflejado en las ganancias obtenidas por el trabajador.

Verdadero Falso


Este desgarramiento que sufre el ser humano en el mundo del trabajo, la alienación económica, es el origen de aquellas alienaciones que el ser humano padece en los ámbitos social e intelectual: la alienación social, política, religiosa o filosófica. Éstas no pueden explicarse de una forma autónoma, y no pueden encontrar una solución sino mediante la superación de la propia enajenación económica.

Verdadero Falso